Gestionar expectativas

Empezaré este post con su resumen a través de una frase catalana: “A sants i minyons no els prometis si no els dons” (es decir “a santos y niños no les prometas nada si no se lo vas a dar”).

Tanto en la venta como en la gestión de los equipos hay que saber crear expectativas, pero luego hay que saber gestionar la reacción a estas expectativas creadas en un cliente o un miembro de nuestra organización.

En el primer caso, si se le comenta a un cliente que un producto realiza las funciones X e Y, lo mejor es que luego realmente lo cumpla. Si vendemos un rebuznador en Si bemol indicando que en próximas actualizaciones podrá rebuznar en La, más nos vale que

  1. el sonido sea exactamente un Si bemol,
  2. las actualizaciones sean realmente “próximas” y
  3. el rebuzno después de la actualización esté clavado en los 440 hercios.

En caso contrario, es probable que hayamos realizado la última venta a ese cliente, que dé malas referencias de nosotros o (en el peor de los casos) nos denuncie.

Lo mismo sucede con las espectativas creadas ante nuestros trabajadores. Planes de carrera, promociones, aumentos de sueldo son armas de doble filo. Àlvar ya lo apuntaba en uno de sus certeros comentarios.

Una persona cercana entró a trabajar en un centro hospitalario con unas promesas de funciones y salario que a día de hoy (cuatro años más tarde) no se han producido: hace tres meses pasó de cobrar el sueldo de Auxiliar Administrativa a Técnico Medio, lejos del grado de Técnico Superior que su diplomatura y licenciatura le otorgarían y de la promesa que se le realizó en su día. Otro hecho que dista del planteamiento inicial es la estructura de soporte que se iba a montar entorno a esta persona, con un Técnico Medio que la asistiera y que nunca ha sido contratado.

Por un lado, quiero felicitar a su Responsable por haber sabido mantener la llama de la fidelidad a la Empresa en esta persona durante tanto tiempo a pesar de las promesas incumplidas. Felicitar también a mi conocida porqué aunque ha defendido todo este tiempo su posición, se ha dedicado a aprender y generar su amplia red de contactos.

Es una manera inteligente de cobrarse lo no prometido: aprovechar su posición para curtir un CV envidiable dentro de la Sanidad Pública.