The first cut is the deepest

Aprovecho el título de una canción (conozco la versión de Rod Steward, pero quizás el autor sea otro) para titular esta reflexión.

Dicen que en una entrevista (de trabajo o cliente-proveedor) se aplica la regla del 3: las tres primeras palabras, los tres primeros pasos, los tres primeros gestos.

O era la del 4?

Independientemente de la cifra, lo que cuenta es la primera impresión. Entrar con buen pie puede hacer que una entrevista llegue a buen puerto o no.

En las entrevistas de trabajo, la mayoría de gente pone la presión en los candidatos. Si bien es verdad que incluso sin llegar a la entrevista nos podemos encontrar con malos inicios:

Pregunta: Explícanos brevemente tu labor comercial en tu actual empresa.
Respuesta: Mirad mi CV.

O bien:

Pregunta: Qué esperas de tu puesto de trabajo?
Respuesta: ………………………………

Hmmm… feo. No cuesta nada explicarse un poco en una pregunta donde lo que la empresa busca es ver al candidato como responde. Con respuestas así, la mayoría de veces, el candidato va a parar al archivador cilíndrico.

Pero debemos pensar que el candidato puede estar también en disposición de aplicar la regla del 3 (o 4) a su entrevistador:

  • Cómo ha descrito el puesto de trabajo?
  • Cómo describe la empresa en la que voy a trabajar, el producto, etc?
  • Me llama rápidamente?
  • Muestra interés en venderme su empresa y el puesto?
  • Cómo me recibe en las oficinas?
  • Cómo son las oficinas?
  • Cómo me trata en persona?
  • Cómo trata a la gente de su oficina?

Muchas empresas han descuidado estos aspectos debido a la bonanza económica, pero poco a poco los candidatos son más exigentes.