El peligro del correo electrónico

Una vez uno de mis compañeros estaba haciendo pruebas para mandar de forma masiva una felicitación de navidad a sus clientes.

Fiel a las normas básicas de protección de datos se puso a él mismo como remitente y uno a uno puso a su par de centenas de contactos en copia oculta. Después de tanto trabajo mecánico (copia email, pega email, copia email, pega email) se olvidó de activar la neurona y quiso hacer una prueba a ver si los clientes recibirían el mail.

Escribió BRBRBRBRBRBR (o algo igual de profundo) en el cuerpo del mensaje y lo mandó.

Su cerebro se activó demasiado tarde. Las direcciones de mail de todos sus clientes seguían en el campo de Copia Oculta. Recuerdo que se lanzó al suelo como un COE detrás de su ordenador (una torre en aquel entonces) y desconectó todos los cables en una milésima de segundo a la espera de haber capturado el mensaje saliente (o una parte de los doscientos) en el interior de su máquina.

No lo consiguió… por descontado.

Al cabo de unos minutos empezó a recibir emails de clientes (los más educados) comentándole que no había entendido el mensaje.

Os ha pasado algo parecido alguna vez? Nunca habéis hecho un poco adecuado “responder a todos”? Espero vuestros comentarios.